viernes, 24 de junio de 2011

Expansión de la crisis

En 1929 el Crack de la bolsa de New York marcara el inicio de una de las recesiones económicas más grande de la historia del sistema capitalista, con consecuencias a nivel mundial tanto política, económica y social.
El 24 de octubre es conocido en la historia con el nombre de jueves Negro. Tal apelativo reside en que ese día la Bolsa de Nueva York,  se hundió y arrastró consigo a la ruina a miles de inversores desatando una crisis que condujo a la depresión de los años 30.
El desplome del crack comenzó cuando ciertos inversionistas, inquietos por los indicios de debilidad del mercado, decidieron vender. Especialmente sensibles a estos signos fueron los pequeños especuladores, muchos de los cuales no estaban en condiciones de hacer frente a una bajada que les impidiese la devolución de los créditos contraídos, precisamente para la adquisición de acciones.
La preocupación precedieron al pánico y a mediodía de dicho jueves la policía se vio obligada a desalojar la Bolsa ante los tumultos que se produjeron en sus inmediaciones. La leyenda dice que algunos arruinados se tiraron desde las ventanas de los rascacielos en Wall Street.
La Bolsa se hundió arrastrando consigo a todos los inversores entre los que hubo que contar importantes corporaciones financieras y bancarias. Más de un millón de familias quedó en la más absoluta ruina pues habían invertido sus ahorros, contraído créditos e hipotecado sus casas con la finalidad de adquirir unas acciones que inopinadamente habían perdido la mayor parte de su valor.
El paso siguiente en el proceso fue la actuación de los bancos, que temerosos de la retirada de ahorros por parte de sus clientes, vendieron sus propias acciones con el fin de obtener liquidez, acentuado de ese modo la caída del mercado, el quiebre de bancos empresas etc.
La expansión de la crisis surgió tras el cierre de créditos bancarios Estadounidenses a países extranjeros, lo que provocara la quiebra de los bancos Europeos.
Europa (especialmente Alemania y Austria), con una economía estrechamente vinculada a los préstamos norteamericanos (unos 14.000 millones de dólares), dejó de adquirir productos americanos, retrayendo la demanda de alimentos y materias primas a terceros países. El comercio mundial se redujo entre 1929 y 1932 en dos tercios respecto al período precedente.
Los gobiernos, en un intento por salvaguardar sus respectivas economías, recurrieron al proteccionismo y cargaron de aranceles las importaciones. Las relaciones comerciales se contrajeron y se limitaron a acuerdos bilaterales interestatales.
La crisis se dejó sentir en todas las economías del mundo. Al igual que en los países industrializados de primera fila -USA, Reino Unido, Alemania y Francia- otros estados encontraron dificultades. Fue el caso de Italia, donde el número de parados aumentó ostensiblemente, o el de España y Portugal. En estos países, bajo las dictaduras de Primo de Rivera y Oliveira Salazar, se acometieron iniciativas económicas en las que el Estado asumió el control de sectores estratégicos (hidrocarburos, telefonía, etc) mediante la creación de grandes compañías. Siguieron el ejemplo de Alemania pero sobre todo, el de la Italia de Mussolini.
En Europa Oriental (Yugoslavia, Rumanía, Bulgaria, Polonia y Hungría), con un menor potencial industrial, las dificultades se dejaron sentir especialmente en el sector rural. El descenso de los precios agrícolas y la disminución de las exportaciones determinaron un descenso de los beneficios empresariales, el declive de la actividad económica y el consiguiente aumento del paro.
Todos estos países encontraron una salida más o menos rápida a la crisis a través de la acción de dictaduras que impulsaron un alto grado de intervencionismo económico.
El epicentro de la crisis fue Estados Unidos, desde allí se trasladó rápidamente al resto de países industrializados (salvo la URSS). En una economía ya globalizada desde comienzos de siglo, sus efectos se hicieron notar en las áreas agrícolas. Fue el caso de los dominios coloniales de las grandes potencias y de países con economías dependientes. África, Asia y en especial América Latina se vieron pues severamente afectadas.
La contracción de la demanda de bienes agrícolas, a menudo producidos en régimen de monocultivo para la exportación (café de Brasil, té indio, plátanos en Guatemala y Costa Rica), asestó un duro golpe a ese tipo de economías, que a lo largo del siglo XIX habían sido objeto de una profunda transformación.
Esos cambios supusieron la sustitución de la agricultura tradicional de subsistencia por otra destinada a la exportación, dejando ésta en manos de grandes compañías metropolitanas y extranjeras.
En el caso japonés, con una actividad proyectada hacia la exportación de manufacturas, la crisis supuso un desastre económico, pues le fue extremadamene difícil colocar sus artículos en un mercado contraído y proteccionista.
La necesidad de encontrar nuevos mercados donde vender sus mercancías y obtener materias primas baratas alentó acciones de carácter imperialista, ya iniciadas antes de la crisis. En 1931 Manchuria (región de China) fue conquistada e incorporada al imperio.

2 comentarios:

  1. Este fue un hecho trascedental en la historia del mundo capitalista. Muchos pensaron que era el fin de este sistema economico, tambien muchos pensaron que el nuevo sistema socialista triunfaria por sobre el. Una tematica muy interesante de enseñar.

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  2. Profesora este tema es escencial dentro del espectro del siglo XX, muchos paises se vieron afectados por su acción. Sin embargo Chile fue unos de los más afectados por lo tanto, es vital importancia que los alumnos reconozcan su influencia en nuestro país y los cambios políticos y económicos que provocó en el seno del país.
    La felicito por que está muy bien desarrollado el tema.

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